Los expertos piden investigar más a fondo los daños producidos por el autoconsumo de ibuprofeno
El ibuprofeno es uno de los medicamentos más consumidos en España y en el mundo, tanto con receta médica como sin ella. Se trata de un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que se usa para aliviar el dolor, la inflamación y la fiebre. Sin embargo, su uso frecuente y prolongado puede tener efectos adversos graves para la salud, especialmente para el sistema cardiovascular y el digestivo.
Los riesgos del ibuprofeno para el corazón y el estómago
Según un estudio publicado en la revista European Heart Journal, el consumo de ibuprofeno aumenta el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus en un 31%. Este riesgo es mayor cuanto más alta es la dosis y más prolongado es el tratamiento. El estudio se basó en el análisis de los datos de más de 6 millones de personas que habían tomado ibuprofeno u otros AINE entre 1996 y 2016.
El ibuprofeno también puede provocar daños en el estómago y el intestino, como úlceras, sangrados, perforaciones y obstrucciones. Estos efectos se deben a que el ibuprofeno inhibe la producción de prostaglandinas, unas sustancias que protegen la mucosa gástrica y regulan el flujo sanguíneo en el aparato digestivo. El riesgo de sufrir estas complicaciones se incrementa si se toma el ibuprofeno junto con alcohol, tabaco, corticoides o anticoagulantes.
La falta de control y de información sobre el ibuprofeno
A pesar de estos riesgos, el ibuprofeno se sigue consumiendo de forma indiscriminada y sin supervisión médica. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 44% de los españoles reconoce haber tomado ibuprofeno sin receta en el último año. Además, el 28% de los encuestados admite haber superado la dosis máxima recomendada, que es de 1.200 miligramos al día para adultos.
La OCU alerta de que existe una falta de información y de concienciación sobre los efectos adversos del ibuprofeno y otros AINE. Por ello, pide que se refuercen las medidas de control y de prevención, como limitar la venta libre de estos medicamentos, exigir una receta médica para las dosis más altas, incluir advertencias claras en los envases y los prospectos, y educar a la población sobre el uso racional y responsable de los analgésicos.
Las alternativas al ibuprofeno para el dolor y la inflamación
Los expertos recomiendan evitar el autoconsumo de ibuprofeno y consultar siempre con el médico antes de tomarlo, especialmente si se tiene alguna enfermedad crónica, se está embarazada o se es mayor de 65 años. Asimismo, se aconseja no prolongar el tratamiento más de lo necesario y respetar la dosis y la frecuencia indicadas por el profesional.
En caso de que el ibuprofeno esté contraindicado o no sea suficiente para aliviar el dolor o la inflamación, existen otras alternativas que se pueden emplear bajo prescripción médica. Algunas de ellas son el paracetamol, que tiene menos efectos secundarios que el ibuprofeno, pero que también puede dañar el hígado si se abusa de él; los opioides, que son más potentes que el ibuprofeno, pero que pueden causar adicción y somnolencia; o los antiinflamatorios biológicos, que son más específicos y selectivos que el ibuprofeno, pero que son más caros y requieren una administración más compleja.